La seguridad eléctrica en plantas termoeléctricas es un tema crítico y poco explorado. Aunque el RETIE establece lineamientos claros, hay un aspecto que a menudo se subestima: el efecto corona en instalaciones de alta tensión y su impacto en la eficiencia y seguridad. Este fenómeno, si no se controla, puede generar pérdidas de energía, deterioro de equipos y hasta fallas catastróficas.

¿Qué es el efecto corona y por qué es un riesgo en termoeléctricas?

El efecto corona ocurre cuando un campo eléctrico supera un umbral crítico en sistemas de alta tensión, ionizando el aire alrededor de conductores y generando descargas parciales. Esto provoca:

Pérdidas de energía por disipación en forma de calor y luz.

Ruido electromagnético, que puede afectar sistemas de comunicación y control.

Deterioro del aislamiento eléctrico, aumentando el riesgo de fallas.

Formación de óxidos y ozono, que corroen estructuras metálicas.

¿Cómo lo regula el RETIE?

El RETIE exige diseños y materiales adecuados para minimizar este fenómeno. Según sus especificaciones, las plantas deben:

Utilizar conductores y herrajes con diseño anticorona en líneas de alta tensión.

Garantizar separaciones mínimas adecuadas entre conductores y estructuras.

Implementar inspecciones con cámaras de detección de corona para identificar zonas críticas.

Revisar períodicamente el estado del aislamiento en transformadores y cables de potencia.

Recomendaciones clave para evitar fallas en tu planta termoeléctrica

Monitorea continuamente con inspecciones termográficas y ultravioleta.

Asegura el uso de materiales certificados según el RETIE para minimizar la ionización.

Capacita a tu personal en la detección temprana de signos de descargas parciales.

Mantén protocolos estrictos de mantenimiento en subestaciones y redes de alta tensión.

No subestimes el efecto corona. Evita pérdidas millonarias y accidentes fatales en tu planta.